El interior esta lleno de detalles que transmiten un cierto espíritu ibicenco.
A media tarde un DJ ameniza uno de los salones mientras haces una paradita en la jornada.
Y las habitaciones? Una maravilla, además no se me ocurre una vista mejor para tomar un Gin tonic cuando acaba el día.
Y para despedirnos.... una curiosidad: el yate que veis en la primera línea, es de Roman Abramóvich. Se lo estaban reparando. No está mal , eh??
HASTA PRONTO BARBARANIS
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